Yolanda E. Arellano Carvajal | Memorias de exilio

Yolanda E. Arellano Carvajal | Luxemburgo



¿QUÉ LE EVOCA EL 11 DE SEPTIEMBRE 1973?

Noviembre del 2014, visitando el Museo de la Memoria en Santiago de Chile.

No sabía, ni me imaginaba, lo que sentiría frente a tanta información expuesta sobre lo pasó y nos pasó a los chilenos. Al encontrarme al interior del Museo, me bastaba con seguir las indicaciones de la visita de acuerdo a los acontecimientos. Pero cuando llegué a la parte donde el presidente Salvador Allende hace su último discurso, me corazón se me arrancó y no pude contener mi emoción y mi pena.

En Limache el martes 11 de septiembre de 1973, yo pude escuchar ese histórico discurso, recuerdo mis lágrimas y el dolor de entonces porque en ese momento creí comprender que todo se derrumbaba y ahora nuevamente saltaron lágrimas, pero deje fluir lo que se había encerrado y quedado a lo largo de los años de mi vida, como el momento de un antes y un después.

Al oírlo y verlo en Chile, en Santiago en un Museo, sentí nuevamente dolor y una gran tristeza me empezó a invadir, salí corriendo del Museo, ya en el exterior, ya pude soltar mi llanto y mientras las lágrimas mojaban mi rostro, comprendí que ahora mi pena tiene historia y ya nadie la puede acallar.

Creo que ahora como nunca antes en la historia del mundo, tenemos un acceso más fácil a más verdad de la historia de Chile.

Luego, respiré profundo y volví al Museo pasé muchas horas. Leí cada texto, miré todas las fotos y escuché todos los testimonios. Después de haber pasado tantas horas en el museo y ver que entre los visitantes, había escolares, visitantes chilenos y turistas, salí con la sensación de que Chile me había devuelto una parte de mi historia tantas veces deformada o negada por muchos. También contenta porque el Museo muestra e informa todo lo que nosotros los exiliados habíamos a largo de los años contado con dificultad y mucha pena.

Todo está escrito y explicado, para que las nuevas generaciones conozcan TODA la verdad.

Increíble, parte de mi vida está ya en un museo y la otra parte la sigo viviendo como ciudadana del mundo. Gracias al MUSEO DE LA MEMORIA, ahora cuando alguien no sabe o no me crea, me basta tan solo decirles vayan a visitar el Museo de la Memoria porque ahí está la verdad de lo que pasó y me pasó.

Chile, diciembre 2014 – Yolanda Arellano Carvajal.

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