Beatriz Orellana Peña | Memorias de exilio

Beatriz Orellana Peña | Noruega



¿CÓMO FUE SU SALIDA DE CHILE?

Nací el 22 de mayo de 1974 mientras mi papá estaba preso en la cárcel de Chillán. Una hermana de mi mamá le fue a dar la noticia de mi nacimiento y él escribió en la muralla con un clavo «Beatriz» para que no se le olvidara, porque decidió olvidar todos los nombres para no delatar a nadie en la tortura, su convicción y lealtad fueron más grandes que él y lo siguen siendo.

Él cuenta que cayeron muchos y muchos también fueron delatados, finalmente era el único preso político que quedaba en la cárcel de Chillán y salió de ahí escoltado por la cruz roja internacional hasta el anexo Capuchino uno los días de febrero, aterrado, triste, enojado, adolorido, pero convencido de que tenía que volver a derrocar la dictadura.

El día de su salida al exilio llegó a buscarlo el embajador de Noruega, nuestro recordado y estimado Frode Nilsen, pero también llegaron los militares a acusarlo de extremista y quizás cuantas cosas más; después de unos minutos de discusión con el embajador y los «señores» militares nuestro ángel guardián muy decididamente se paró delante de mi padre y les dijo: todo lo que esté alrededor mío en un radio de dos metros es territorio noruego y de esa forma mi papá fue escoltado nuevamente por la cruz roja internacional y representantes del gobierno noruego hacia el aeropuerto en donde le pasaron una camisa, una corbata y una chaqueta, le tomaron una foto, luego lo escondieron en un baño hasta que le entregaron su pasaporte de color rojo en el que está timbrada cada una de sus hojas diciendo «VÁLIDO SOLO PARA SALIR DEL PAÍS » y escrito a mano una nota que dice «Expulsado por ley de extrañamiento, puede regresar al país sólo si la autoridad lo autoriza». Y así fue como mi padre, don Luis Orellana Villa llegó a Noruega sólo, con ropa de verano cuando allá había 16 grados bajo cero y con una pena infinita esperando siempre el volver a Chile.

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